Habitar en el Sureste mexicano significa admirar los cielos de azul intenso, las sombras que produce la luna o noches plenas de estrellas; un sol radiante y humedad extrema en un entorno natural único. Pero esas mismas características hacen que disfrutar un hogar bioclimático no solo sea posible sino una tendencia responsable y una conveniencia práctica.
En este artículo te explicamos en qué consiste y cómo aplicarlo; en el caso de Yucatán, tomar en cuenta estas recomendaciones podrán ayudar a que tu casa cuente con un mayor confort climático.
La arquitectura bioclimática es un enfoque de diseño y construcción que utiliza principios sostenibles para crear edificaciones eficaces y confortables, integrando las condiciones climáticas locales, optimizando el uso de recursos naturales como la luz solar, el viento y la vegetación para reducir la dependencia de sistemas de climatización e iluminación artificial y disminuir el impacto ambiental. A diferencia de los diseños convencionales, un hogar bioclimático se adapta a su entorno: su orientación, materiales y ventilación están pensados para trabajar con el clima en busca del confort pasivo. En el Sureste, donde la temperatura y la humedad pueden ser desafiantes, este enfoque es clave para disfrutar de un hogar realmente habitable.
Diseñar la casa pensando en el recorrido del sol es fundamental. Las fachadas más expuestas a los rayos solares deben protegerse con aleros, celosías o vegetación que reduzca la radiación directa, y los espacios detrás de ellas, deben destinarse a servicios o sitios con uso infrecuente. Consecuentemente, las fachadas menos asoleadas -en Yucatán las que encaran el norte- deben corresponder a los espacios más frecuentados de la casa. En general los espacios interiores deben orientarse hacia los puntos cardinales más compatibles con las actividades que en ellos se desarrollen, los horarios de éstos, la frecuencia y la cantidad de personas habitualmente presentes.
La temporada de lluvias en Yucatán es una oportunidad para cosechar y utilizar el agua pluvial. Esta puede emplearse para provocar murmullos, generar estanques controlados o reservarla para usos futuros.
La energía solar es un recurso importante que puede ser muy bien aprovechado en la región. Incorporar paneles fotovoltaicos o calentadores solares reduce la huella ambiental y aminora gastos eléctricos. Como mencionamos anteriormente, el uso de éstos en azoteas adicionalmente favorece al sombreado de las mismas, reduciendo la radiación del calor al hogar.
Construir un hogar bioclimático en el sureste no es un lujo: es una forma de pertenecer e integrarse a un lugar, de empezar a formar parte de su historia, tomando lo bueno que ofrece y "domesticando" lo que sea necesario; es también cuidar el entorno y asegurar que tu inversión mantenga su valor a largo plazo. En Duarte Aznar tenemos muchos años diseñando viviendas que dialogan con el paisaje y la cultura de Yucatán. Casas con patios interiores que constituyen un remanso de paz y frescura, terrazas convenientemente orientadas para que circule el aire, celosías que filtran la luz o cortinas vegetales que refrescan la brisa, son algunos ejemplos de cómo la arquitectura puede trabajar en sintonía con el clima, a partir de la identificación y el entendimiento de los insumos del lugar.
Algunas de las estrategias mencionadas fueron aplicadas en La Cuña, Casa de Playa. Conoce más del proyecto y convéncete de por qué somos el aliado perfecto para construir tu hogar.